Lopez de Heredia

D.O.C. RIOJA (LA RIOJA)

LA BODEGA

Bodega López de Heredia o Viña Tondonia como es conocida por mucha gente debido al más conocido de sus vinos es la “madre de todas las bodegas”, es la historia del vino hecha edificio, es un museo sin serlo, es un monumento a la tradición, a la perfecta comunión entre lo viejo, lo antiguo, lo clásico y lo moderno (aunque esto último no quiere decir que sea lo nuevo, que también lo tiene). Es, sin duda, una bodega singular, distinta a todo y a todas, es, no nos mordemos la lengua al decirlo, una de las bodegas más bonitas de España.

La bodega, como no podí­a ser de otra manera, está enclavada en el corazón del Barrio de la Estación de Haro, sede de otras centenarias e ilustres bodegas riojanas a las que tiene por vecinas: Rioja Alta, Bodegas Bilbaí­nas, Muga … Al llegar hay que tener precaución pues se puede pasar de largo sin apercibirse de haber llegado a destino (defecto que les ocurre a otras bodegas vecinas del Barrio). No obstante para aparcar dispone de un pequeño aparcamiento a cincuenta metros de la bodega. La entrada es contradictoria, impactante, atrevida, ¿rara?, quizá, pues uno choca, (se da de bruces, vamos) en una bodega del siglo XIX, con un edificio modernísimo de mesuradas medidas y curvilí­neas formas que hace las veces de centro de recepción de visitantes y tienda y cuyo autor no es otro que la ilustre arquitecta iraquí Zaha Hadid. El edificio sirve, además de para lo dicho, para preservar la primera joya que ya nos muestra la bodega: un stand modernista del siglo pasado realizado en madera y exquisitamente rehabilitado y que hoy sirve de atención al público.


QUÉ DESTACAMOS: LA EXQUISITA CONSERVACIÓN DE ELEMENTOS ORIGINALES DE UNA SINGULAR BODEGA CENTENARIA QUE EXHIBE UNOS CALADOS Y ESTANCIAS EXCEPCIONALES Y ÚNICAS.


Pero la Bodega nos espera justo detrás y pegada a este moderno aperitivo arquitectónico: el conjunto de edificios que conforman la bodega es de estilo afrancesado (algo común en las centenarias bodegas de Haro), realizado en recia piedra pero de delicadas lineas. Destaca sobre el conjunto un pequeño torreón, símbolo de la Bodega, que recuerda mucho a ciertos palomares. Hay además otros detalles por doquier (una galería de estilo modernista con vidriera, un edificio de oficinas de las películas de blanco y negro de antes, etc).

Abrimos la primera puerta de madera que nos da acceso al interior de la bodega y aquí­ el enoturista sufrirá una transformación que durará el resto de la visita: entramos en las penumbras de una bodega mágica que no nos abandonarán hasta la salida. Fíjese en todo, es un monumento a la madera de roble, a la construcción industrial del siglo XIX, todo conservado, todo como fue al principio (luces, lámparas, tinas de madera, barricas con ¡los falsetes forrados de anea*!, estructuras de madera, piedra, hormigón, estancias… hasta el polvo y los mohos que tiene la bodega por doquier), es increíble.

Destacar algo es muy difícil, pero nos llama poderosamente la atención son los nombres de las estancias que van desfilando en la visita y que todas tienen un porqué: la “sala Bisiesta” (porque se hizo en año bisiesto), la “Dolorosa” (porque murieron dos trabajadores haciéndola), “Frontón” (porque había un antiguo frontón donde jugaba la familia Lopez de Heredia), “Cementerio” (por su similitud a una pared de nichos) y así todas. Curioso.

Todas las estancias de la bodega y que ya hemos nombrado que son muchas, respiran silencio, sus galerí­as subterráneas de crianza y sus salas de fermentación son, verdaderamente, inigualables y evocan otros tiempos. La bodega dispone de tonelería propia a la antigua usanza y si tiene suerte (que lógicamente, es difícil) tendrá la oportunidad de ver como fabrican o reparan una de sus barricas. No es turismo, es la realidad cotidiana de la bodega. Sepa valorarlo.

Cuando la visita llega a su término, debajo del edificio de Zaha Hadid, la bodega obsequia al enoturista con una degustación de sus vinos. La visita nos dejará un regusto que nos durará varios días … o más. Ya verán.

* anea (Thifa angustifolia): planta de la familia de las tifáceas.

SUS VINOS

La bodega elabora vinos clásicos de Rioja, blancos, rosados y tintos. Los primeros, los blancos, son vinos “viejos”, de crianza (crianza, reserva y gran reserva) y además con criados muy largos en barrica y luego en botella lo que les da una nariz muy distinta (más compleja pero menos aromática) y un cierto sabor a roble.
Los tintos son, a nuestro parecer, lo mejor de esta singular bodega: nombres mí­ticos de la viticultura española: Viña Tondonia (también en blanco), Viña Bosconia, en sus diferentes categorí­as de Reserva y Gran Reserva, son vinos muy elegantes, equilibrados, de colores tenues algo apagados para la moda actual pero de aromas complejos y boca muy agradable y persistente. Tradición bien hecha en botella.

ACTIVIDADES Y SERVICIOS

Enoturismo.
La bodega puede ser visitada de lunes a sábado siempre previa cita al departamento de relaciones públicas. Los Sábados, festivos y durante el mes de agosto la entrada cuesta 10 euros, que serán descontados de la compra de vino en bodega. La visita es únicamente guiada con una duración muy larga para lo que es una bodega, una dos horas, pero que no les defraudará en absoluto. Al final de la visita se incluye una degustación.


BODEGAS LOPEZ DE HEREDIA
D.O.C. RIOJA

Dirección:
Avda. de Vizcaya, 3
Haro (La Rioja)
Telef. 941 310 244


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